Cobrizo aunque no apagado. Limpio y con cierto brillo.
Centro de flores, deje navideño (agua de azahar, orejones, fruta escarchada), especias dulces (canela en rama, jengibre...), panadería, tostados, ahumados, botica, sal...
Boca amable, conjuntada, equilibrada, delgada y sin embargo con un paso terso que acompaña en todo momento, acídula, fresca y que nos evoca a la arena y a la brisa marina. No hay prácticamente presencia alcóholica y la madera no se define como tal, sino que ha mutado hacia otras notas como la vainilla y el chocolate blanco.
Final largo y perfumado.
Esencia sureña.
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