Hemos probado las añadas 2018 y 2019 de este curioso blend de Chenin blanc, Torrontés y Chardonnay y nos gustó bastante. vamos a ver esta nueva cosecha qué tal. Tuvimos la botella en la nevera un ratito hasta que alcanzó los 10°C para su valoración.
VISUAL: De color amarillo verdoso, brillante y con reflejos dorados, limpio y cristalino. Con abundante lágrima, muy fina (86).
OLFATIVA: En primer lugar nos resulta herbáceo y nos trae recuerdos de grama húmeda. También hay apuntes de fruta blanca (manzana verde) y algún toque cítrico de ralladura de limón. Al rato son los aromas vegetales (a espárragos verdes) los que aparecen. Bien de intensidad y complejidad (87).
GUSTATIVA: Un vino muy opulento, amplio y de gran acidez. Paso por boca seco con sensaciones lácteas y con aromas retronasales herbáceos. Post-gusto bastante frutoso en donde de nuevo aparece la manzana verde, algo de ciruela blanca y notas sutiles como de piña. La persistencia es de unos 45 segundos. Esta añada está un poco por debajo que las dos anteriores. Lo notamos menos complejo e intenso en boca, demasiado plano. En fin 2020... (86).
La RCP la dejaremos en muy buena. Cuesta unos 4 euros al cambio.
MARIDAJE: Nos lo tomamos con un rico arrocito caldoso de almejas y langostinos en una comida en mi casa con buenos amigos. Rica combinación de sabores marinos con las frescas notas frutales y herbáceas de nuestro vinito. Una velada muy agradable.
Salud-os!!
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