Cereza con borde azulado. Algo turbio. Tampoco muy limpio.
Huele y sabe a lo que es: Perfume de flores silvestres, fruta roja y negra prieta, plantas de monte bajo (retama, laurel), especias como el comino, el clavo y la pimienta, algún deje cárnico, piedras... El paso es envolvente, armado, el tanino está joven y todavía seca un poco la boca, el alcohol está presente aunque bien tratado y hay mucha acidez; se trata de un tinto que hemos abierto demasiado joven. Se muestra “jugoso”, pero en un tiempo podrá dar mucho más de sí. Con eso y con todo, como titulo en la reseña, esto es una garnacha de verdad, sin ambages ni mentiras. Hay nobleza y saber hacer.
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