Muy bueno

Dorado. Limpio y brillante.

Borgoña de la buena en nariz. Cítricos, ahumados, mentolados, piedra de fusil, anises... Todo lo bueno que debería tener un buen blanco de la región en un buen año. ¿Por qué? Porque además se percibe frescura.

Boca amplia, elegante, fresca, de las que hacen salivar. Pegada, una cierta madera para que no desentone (en forma de leves vainillas y algún tostado), toques punzantes, miel, piedras...

Final largo, punzante, primario...

De lo mejor que he probado de esta añada. No quiero ni pensar lo que sería un 2017, por ejemplo. Disfrutemos.

 

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