Llama la atención lo redondo que se muestra siendo un 2019.

Éste es otro vino que nos encontramos en las estanterías de nuestro supermercado habitual. Es un nuevo producto lanzado por Escorihuela Gascón lo cual siempre es un buen presagio. Abrimos la botella y dejamos respirar hasta que alcanza los 17°C para su valoración.

VISUAL: De color rojo cereza de capa media con reflejos violáceos y el ribete rubí muy brillante. Lágrima tintada, fina y escasa (86).

OLFATIVA: A copa parada presenta intensos aromas de frutos negros a casis y moras maduras. Al agitar encontramos especiados de clavo de olor, florales de rosas rojas y un ligero recuerdo de regaliz. Intensidad y complejidad medias (86).

GUSTATIVA: En boca tiene un ataque delicado, de acidez media-alta y con los taninos bastante mulliditos. El paso por boca es de gran amabilidad, muy redondito ya pese a su juventud. Los aromas retronasales similares a lo percibido en nariz, fruta negra madura y algún floral. Post-gusto con el toque frutoso y con una puntita de acidez. Nos recuerda a las picotas maduras y a la compota de ciruela con apuntes herbáceos de grama húmeda y un final licoroso muy elegante a guindas en licor. La persistencia no llega al minuto pero nos llama la atención lo redondo que se muestra siendo un 2019, muy amable y bastante equilibrado ya (88).

La RCP la dejaremos en buena. Lo pillamos en oferta y nos costó unos 8 euros al cambio. En España se encuentra por algo menos de 12 euros.

MARIDAJE: Acompañó un pollo en masala con papas y trigueros; después un bistec de ternera cuencana con alcachofas y champiñones y nos lo terminamos con unas ricas lentejas con costilla. Nos quedamos con el maridaje con el jugoso bistec pues las notas cárnicas y sanguíneas armonizaron maravillosamente con el punto frutoso y licoroso de nuestro joven malbec. Una delicia!.

Salud-os!!