El paso del tiempo le ha sentado bien

Amarillo dorado ligeramente opaco junto con lágrimas densas.

Es de un aroma tan fino como delicado. Se sienten las lías y la fruta blanca junto un leve aspecto de fruta tropical. Todo es limpio y sereno, casi dormido, vas a su encuentro.

En boca sigue una línea parecida, donde la sutileza manda y las formas son tenues aunque claras y francas. Es de un suave paso, te va acariciando. La acidez es fina e integrada, entrega jugosidad, con tacto, recorrido rápido y fluido aunque no carente de sensaciones. Hay pulpas de cítricos secos y escarchados, el paso del tiempo le ha sentado bien, dejando un poco de lado la "frescura" y ganando  cierta complejidad y amplitud.

Catado junto al Zura no se ha arrugado mucho.

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