Muy buen Cotes du Rhone, importado por mi buen amigo Humberto Falcón, gran sommelier y mejor persona, fué parte de un intercambio de vinos para "desaburrirnos" de tomar los vinos que distribuimos cada quién.

Ambos coincidimos en el gusto por vinos de pequeñas bodegas ... esas que elaboran pequeñas joyas escondidas y que te marcan la diferencia vs los vinos de las bodegas de grandes volúmenes. 

En este vino se aprecia un color cereza muy limpio, un pelín mas oscuro que el típico rubí de un Beaujolais con denominación. Lágrima gruesa y nítida que tarda una eternidad en caer.

Destaca su aroma frutal. Al principio algo cerrado por su corta edad pero con algo de aireación se expresó ... y de qué manera. Mucha fruta roja madura y algo de fruta negra, especiado, notas de vainilla, algo de hierbas de provenza, y una ligera nota ferrosa ... muy interesante. Retronasal ligeramente alcohólico. A primera instancia pensé que tendría un porecentaje de Syrah, pero me sorprendió que es principalmente garnacha. No se qué crianza pueda tener ya que la info en su web es muy escueta. Sin embargo no se perciben tostados ni rastros de madera. Su Chateauneuf du Pape principal esta "incubado" en piletas de concreto, por lo que no me extrañaría que este vino también. Esta práctica creo que es adecuada en vinos donde se busca expresar su pureza frutal.

En boca destaca su finura, que contrasta con la rusticidad de muchos de los Cotes du Rhone de grandes bodegas. Gran finura pero no exenta de potencia. Es difícil encontrar un vino de taninos finos pero denso ... casi masticable. Notas frutales, algún recuerdo de licor de cassis, cálido y ligeramente secante. Final largo, muy buena permanencia en boca. Muy buen vino, muy por encima de la media del típico Cotes du Rhone. Una pequeña joya, no me extraña que sea selección de mi colega Humberto Falcón, apasionado como pocos, con quién llevo muchos años de compartir amistad y buenos vinos, y conozco su buen gusto por estas pequeñas joyas.