Botella impecable, procedente “casi” de fábrica. El cierre de cera amarillo limón un detalle muy elegante (sí, es un poco coña, pero te evita posibles percances si el vino es, como este, “de garde”)

 

Amarillo pajizo, con amplio ribete dorado. Limpísimo, brillante.

 

Nariz: Uno se sigue sorprendiendo de encontrar algo parecido al jerez fuera de Jerez. Pero la nariz te retrotrae al marco de jerez, pero en Jura. Albarizas, notas calizas. Salinidad. Sacas, notas de cuero. Almendras. Tostados. Notas oleaginosas y leve apunte alcohólico. Todo con un apureza y límpidez bestial.

 

Boca: Y aquí es donde da el giro respecto de lo que conocemos en Jerez. Notas cítricas. Corteza de naranja. Ligero cuero. Muy floral (flores blancas). Increible mineralidad. Salino.  Leves apuntes tostados. Brutal acidez que no denota sino estar en presencia de un vino absolutamente juvenil. Ligero y tremendamente sápido, con un final excelente y un interminable postgusto. Para beberte un par de botellas de sentada con un simple aperitivo o con el mejor de los pescados.

 

50 euros para un vino maravilloso.

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