Pues.........

Vino de agricultura ecológica que está cerrado en una botella borgoñona, vestida con una original, desenfadada y moderna etiqueta en su diseño. Correcto el corcho que la cierra en el que no se indica la añada, pero si el nombre del vino.

      A la vista un color amarillo dorado ¿en un 2019? y medianamente limpio. Buena, abundante, gruesa y lenta lágrima en su discurrir por el cáliz de la copa.

      En nariz se perciben moderadas frutas blancas, débiles tropicales, cítricos y escaso melocotón.

      En boca es untuoso, glicérico, frutal, percibiéndose más frutas de las esperadas en la fase olfativa y mineral. Tiene volumen y llena la boca. Mantiene una acidez que le va a dar un par de años más en forma. Le encuentro fatigado. El paso de boca me dice muy poco. Es un vino largo. Me da dos minutos de permanencia en boca.

 

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