Frambuesas y frambuesas ...

      Nicolas Potel se lanzó a crear su propio negocio en 1997 pero puso bajo control de la Casa Labouré-Roi que no tiene buena fama en Borgoña y prefiere cantidad a calidad.

     ¡ Por fin, un borgoña de color rubí claro, levemente atejado ! El vino huele fuerte a puré de frambuesas, únicamente a frambuesas, sin más matices. En boca, es muy agradable, con taninos sedosos y suficiente acidez, fácil de beber, sin complicaciones pero sin ninguna complejidad : sabe a frambuesas y punto. Generalmente, la pinot noir - sobre todo en Côtes-de-Nuits - adquiere con el tiempo notas terciarias de hongo, de café y de caza menor. En este caso preciso, el vino se ha quedado con un aroma y un sabor juveniles : se trata de un Chambolle-Musigny pero podría ser un Vosne-Romanée o un Fixin. ¿ Por qué es imposible identificar el terruño ? La respuesta es evidente : el enólogo de turno empleó levaduras seleccionadas, lo que simplificó ampliamente la vinificación pero empobreció el vino. La filtración agravió las cosas.

     No hay nada peor que los borgoñas elaborados por las casas de negocios porque todos se parecen : entre un sencillo Villages como éste y un Premier Cru mucho más oneroso, las diferencias son casi imperceptibles y más vale comprar los grandes vinos del Beaujolais : Moulin-à-Vent, Morgon, Côte-de-Brouilly. ( PVP : 35 € )

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