Nos hicimos con esta botella en una pequeña feria de vinos que se organiza en un local justo bajo de nuestra casa aquí en Cuenca (EC) y la sacamos con un buen descuento. La abrimos y la dejamos respirar por espacio de una hora antes de proceder a su valoración a 17°C. Tapón en perfecto estado, tintado tan solo en su base.

VISUAL: Impresionante color rojo picota de capa muy alta con un estrecho ribete rubí violáceo. Presenta una abundante lágrima, esbelta y tintada. Brutal esa opacidad, la verdad es que te deja alucinado (98).

OLFATIVA: Los primeros aromas que nos muestra son de coulis de fresa y de compota de cerezas, dulzones. Al agitar la copa asoman especiados de vainilla, algo de regaliz de palo y herbáceos mentolados. Al rato nos deleita con notas de rosas marchitas, coco rallado, pimiento verde y algunas notas más terciarias, ebanistería fina, tabaco inglés, chocolate negro y unos delicados e intensos tostados que están patentes ver durante toda la cata. Maravilloso bouquet, complejo y de intensidad media (92).

GUSTATIVA: En boca es poderoso, intenso, con mucho cuerpo. De alta acidez y con unos taninos muy bien esculpidos y delicados a la vez. De tremenda amplitud, carnoso, secante y opulento en su paso por boca que da paso a un retronasal que nos trae recuerdos de confitura de cereza e higos secos. En el post-gusto se amplifica, sabroso con todas las letras, trayendo finos apuntes tostados, notas de regaliz y todo acompañado por esos taninos asombrosos, puro equilibrio. Vinazo de con mucha clase, en plena fase ascendente para alcanzar su clímax en 4 o 5 años a mi parecer, pero en un estupendo momento actualmente. Nos ha sorprendido la excepcional calidad de este cabernet, qué maravilla!! (94).

La RCP pese a que nos costó 20 euros la botella al cambio, la considero muy buena, los vale con creces.

MARIDAJE: Nos tomamos la botella en varias comidas. Con unos entrecottes a la salvia, con una paellita de costilla y pollo, y nos la terminamos con nuestro surtido de ibéricos de los lunes. Destacaremos el maridaje con el exquisito jamón y los embutidos ibéricos, así como con el queso curado de oveja. La carnosidad y esos deliciosos apuntes tostados de nuestro cabernet armonizaron a las mil maravillas con los potentes sabores grasos y cárnicos del embutido y con las notas salinas y lácteas del queso. Sin duda en Chile se están haciendo grandes vinos, sí señor!!.

Salud-os!!