Un valor seguro

Vista: Limpio y brillante. Su color es rojo picota con ribete granate y capa alta. Tiene una densa lágrima muy cargada de color.

Nariz: de buena intensidad, limpio, fino, equilibrado, con unas notas aromáticas de una gran armonía entre la fruta y la crianza. 

Boca: su expresión en boca es un fiel reflejo de lo que la nariz nos anunciaba. Armonioso y sabroso, intenso, de paso vivo, con amplitud y estructura intensa pero comedida, los taninos están presentes, tiene una muy buena acidez, esa que equilibra a la perfección la calidez que le proporcionaría su grado alcohólico. Final de buena persistencia con un fino amargor que lo hace más largo.

En resumen: Cuando visité la bodega en el evento de Verema de junio de 2019, me quedé con una gran impresión. Todo en la elaboración de los vinos está pensado para buscar la satisfacción del que lo bebe y eso es lo que se refleja en este estupendo vino. No se si será como ellos decían "el paisaje embotellado" pero lo que si me queda claro que lo que han embotellado un "trocito" de placer líquido.