Sorpresa.

Vino encerrado en una botella bordelesa estilizada que está vestida con una sencilla y elegante etiqueta en su diseño. Correcto el corcho que la cierra y reflejando en el mismo el nombre de la bodega. La cara que está en contacto con el vino tintada.

      A la vista un color rojo picota de capa media alta. Limpio y brillante. Buena, lenta y abundante lágrima que en su perezosa carrera por el cáliz debilmente le tinta. Ribete granatoso.

     En nariz frescas y abundantes frutas rojas y negras del bosque sazonándose, madera de su crianza en segundo plano. Sin destacar la madera ¿de roble francés?.

     En boca es sabroso, elegante, frutal, fino, mineral, con la madera de su crianza integrada, equilibrado, carnoso y con volumen. Mantiene una fresca acidez que invita a beber y que le otorgará 4-5 años de vida en perfecta forma. Muy grato, frutal y fino paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,00 minutos.

     Vino adquirido por 4 "lereles".