Muy bueno, muy joven y muy seco

Dorado, limpio, brillante y glicérico.

Limones, dulce de membrillo, uva blanca, hinojo y mineralidad. Se ha mantenido sólido como una roca durante más de tres días que dura abierto.

La entrada en boca es gustosa, acompaña y arropa casi hasta el final y ahí es cuando para de golpe para que nos demos cuenta de que se trata de un vino seco de los de verdad. Limpio, noble, pedregoso y ácido pese a no tratarse de una añada especialmente fría. Pese a ello, sólo posee 11.5º y no hay rastro de barrica.

Postgusto de intensidad media, eminentemente primario.

Joven y elegante, un vino muy medido que enseña sólo lo que quiere.

 

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar