No tiene una gran profundidad, pero todo está en su sitio

En esta época del año bebemos cosas diferentes. Como hace tanto calor, ya hay un tipo de vinos que evitamos. En mi caso además, para ponerme un par de copas, prefiero abrir botellas normales, de esas que nos han regalado y en otras ocasiones nos da pereza ponernos con ellas, o, si estamos en un restaurante, no pagar mucho dinero.

Con este Champagne sin embargo me he llevado una agradable sorpresa. Sin poseer la mayor de las profundidades, tiene todo en su sitio: burbuja ensamblada, acidez, una madera que simplemente acompaña y carácter salino. Bien, un acierto.

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