Botella bordelesa alargada, etiquetado clásico con un toque de modernidad, cápsula de color ámbar claro.
Corcho de buena calidad y longitud para la tipología de vino ya algo bañado en vino hasta medio centímetro más o menos.
Abierto poco antes de consumir (es un vino muy expresivo e intenso desde el inicio).
Visual
Dorado pálido pajizo con reflejos algo tendentes al oro viejo/ámbar claro ya, con ligeras burbujas de carbónico al caer en copa, limpio y límpido, brillante y de fina y no muy abundante lágrima.
Buena visual para un albariño sin barrica de casi 6 años. (8,8)
Nariz
De gran intensidad que va a más con la estancia en copa y ganando algo de temperatura.
Tenemos fruta blanca de hueso madura (albaricoque, melocotón, paraguaya), también algo de fruta cítrica como la lima, ralladura de limón, flores blancas y amarillas ya algo marchitas, un punto lácteo, importantes notas minerales, herbáceos de monte bajo, hinojo, algo de anís, balsámico-mentolados bastante potentes, laurel, notas tostadas y ahumadas, recuerdos leves de caramelo, bollería sutil (bizcocho) y muy leves notas de pastelería fina.
Gran nariz: frutal, floral, primaria pero, a la vez, compleja y con notas secundarias y terciarias. De los mejores albariños de cierta madurez probados de un buen tiempo a esta parte. (9,2)
Boca
Ataque fresco y frutal, de tremenda acidez, de cierta contundencia y relativa madurez que, a la vez que vertical, se expande en boca; volumen medio-alto, densidad media, cuerpo medio plus y muy buena estructura para un albariño sin paso por madera. El paso por boca es herbáceo, mineral, algo salino, equilibrado y de buena cremosidad sin, por ello, perder ligereza en el trago.
El final es muy largo, frutal, cítrico, ligeramente salino, mineral, herbáceo, mentolado y con un ligero toque lácteo casi imperceptible pero que aporta seriedad al conjunto y da como resultado un retrogusto espectacular; en vía retronasal aparecen, también, notas de hinojo, ahumados, fruta cítrica y blanca de hueso redondeándolo de maravilla.
Gran boca, de excelente albariño, en gran momento, con gran acidez, cuerpo, equilibrio, estructura, frescura, fruta, flores y complejidad a raudales. Invita a beber sin descanso. (9,3)
El valor de la espera es especialmente relevante en los buenos vinos de la variedad Albariño: evolucionan de maravilla y ganan, ciertamente, con el paso de los años.
Con algo más de 5 años y medio está en gran momento de consumo, pero con las cualidades que posee, pienso que va a poder evolucionar otros 5 años más en muy buenas condiciones de disfrute.
Su PVP ronda los 14€. Excelente RCP para lo que ofrece.
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