Lo abrimos ayer. En el momento del descorche lo encontramos insulso, tardó en arrancar y aunque en nariz a partir de la hora desplegó algo el vuelo (mora, cerezas, carne cocida, caza, sangre y piedras), no terminó de ofrecer matices.
La boca la notamos igual. Anoche prácticamente vacía de contenido, hoy sin mucho cambio. Hay acidez, hay perfume, pero no hay ninguna pegada. El sabor del trago, una vez que llega al paladar, desaparece. Se trate o no de una fase tonta, para mí es un productor “Big Five” del Piamonte del que sin embargo, me reservo la opinión.
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