Botella bordelesa de hombros redondeados, nº 1257 de 2600 en total de esta añada 2014.
Moderno etiquetado con la información precisa.
Cápsula de cera, corcho de calidad, de buena longitud y grosor poco bañado en vino. Huele muy bien.
Descorchamos con sacacorchos de dos tiempos sacando la parte de cera junto con el corcho.
Abierto casi 2 horas antes de disfrutarlo.
Servido inicialmente a unos 5-6ºC, muy frío, pero dejamos que gane temperatura hasta los 10-13ºC que es su temperatura de servicio óptima.
Visual
Amarillo dorado ni oscuro ni claro, pálido, límpido y brillante, con algunas pequeñas burbujitas de carbónico iniciales al caer en copa que luego se disipan. Lágrima no muy abundante, fina y de lenta caída.
Estupenda visual y presentación global. (9,1)
Nariz
A la temperatura ideal de 11-12ºC la intensidad de la nariz es media-alta.
Tenemos fruta blanca de hueso madura, fruta cítrica también madura (mandarina), recuerdos almibarados, ligeros recuerdos de membrillo, especias dulces, vainilla, coco, finas maderas, algunas flores blancas algo secas ya, balsámico-mentolados muy interesantes, algún toque lácteo, natillas, un punto dulzón de crema pastelera y herbáceos de monte bajo.
Vino que, muy frío e inicialmente, aunque es aromático, es menos complejo y definido. Una temperatura fresca pero no fría unido a la oxigenación, lo hacen de él un vino mucho más intenso y complejo en descriptores.
Gran nariz EMHO. (9,3)
Boca
Ataque fresco y frutal, seco (en contraste con lo que la nariz nos parecía indicar), untuoso, cremoso, de buena densidad y de bastante volumen (medio plus), acidez muy elevada y muy buen cuerpo y estructura. Es un vino expansivo en boca y, a la vez, fácil de beber, con un paso por boca muy agradable y envolvente, con notas avainilladas y de natillas excelentemente integradas con los herbáceos y la fruta blanca de hueso madura junto con las notas de ralladura de mandarina. Tanicidad perceptible en boca a pesar de ser un blanco (esa tanicidad de la crianza en madera se nota sutilmente en mucosas) que, junto con su cremosidad y untuosidad y un buen toque de mineralidad y salinidad, hablan de un blanco muy serio.
El final es muy largo donde reaparece esa fruta blanca y cítrica, esa regaliz, herbáceos, balsámicos, vainillas, fondo sutil de madera y lácteos junto a una mineralidad y salinidad que redondean un retrogusto y retronasal equilibrados y de excelente factura.
Gran boca la de este vino (me ha impresionado) que me recuerda, aunque con otro carácter, personalidad y matices, a algunos Viña Tondonia Reserva Blancos. (9,4)
Excelente RCP (cuesta 13€) sin paliativos (me parece un vinazo para ese precio).
Con 4 años, le quedan aún años en botella para rato (mínimo 4-5 más en muy buenas condiciones) pues tiene acidez y hechuras para evolucionar durante años en botella sin apenas merma de cualidades.
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