Grande como siempre

Picota con ribete carmín. Capa alta. Muy limpio y brillante.

Nariz profunda y compleja desde el inicio: pese a que aún la madera está presente, no se adueña de esta fase, dejando su espacio a la fruta negra y roja, al regaliz, los balsámicos, al grafito y a los toques sanguinolentos.

La boca es potente pero muy contenida. Posee mucha acidez y equilibrio, de hecho los 15º no se notan mucho, el trago es fresco e invita a seguir bebiendo. El tanino agarra pero no desgarra ni reseca el paladar.

Final largo.

Para mí es uno de los mejores Ribera del Duero. De hecho siempre se ha dicho que la bodega posee muchas de las mejores viñas de la zona. 

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