Nos deja atónitos.

Hoy tenemos entre manos este viejuno de La Rioja Alta, el hermano pequeño diríamos, pues se trata de un Viña Alberdi con 2 años de crianza en barricas, catalogado en su etiqueta como "Tinto fino de mesa". Abrimos la botella (nivel de líquido justo en el principio del cuello) con el abridor estándar de tijeras y sacamos el tapón íntegro y tintado en la práctica totalidad de su longitud. Lo dejamos respirar por espacio de dos horitas y catamos a 18°C.

VISUAL: De color rojo cereza brillante de capa baja con un amplio ribete atejado en tonos marrón-anaranjado (84).

OLFATIVA: A copa parada encontramos aromas a compota de fresa y a fruta escarchada. Al agitar el líquido aparecen notas de montebajo (tomillo), hojarasca húmeda, flores marchitas, especiados de canela y pimienta negra, fúngicos trufados, herbáceos de salvia y alcaravea así como una buena pátina terciaria: fondo de armario, tabaco inglés, cuero, duelas envinadas y un sutil fondo a ebanistería de fondo. Bien de complejidad con una intensidad media (91).

GUSTATIVA: En boca se muestra todavía frutal, fresco y juvenil pese a sus 48 años. Acidez alta, taninos totalmente dulcificados con sensaciones cremosas, paso por boca suave y sedoso aunque tras cada sorbo renacen los taninos aportando un puntito secante. Post-gusto delicioso, acompotado y terciario, con una persistencia de un minuto y 50 segundos. Parece mentira que estos vinos con 11.5% de alcohol se mantengan tan complejos y vivos aunque lógicamente esa baja graduación le ayuda a mantener una amabilidad y una sedosidad difíciles de igualar. En este caso creo que está en su clímax, ya no evolucionará más pero hasta cuándo se mantendrá tan impetuoso... ni idea! Otro viejuno (en este caso de una marca "menor" de Rioja Alta) del que no esperábamos mucho y sin embargo nos deja atónitos. Delicioso (92).

La RCP la considero muy buena. Pagamos 21 euros por este vino, pero los vale, más incluso...

MARIDAJE: Nos atizamos la botella en tres ágapes. En el primero acompañó un caldoso de gambas y almejas. Delicioso maridaje pues las notas frutales equilibraban los intensos sabores salinos. En la segunda ocasión fue pareja con un lomo de albacora al eneldo. Acertamos de nuevo, jugoso pescado, graso, perfectamente equilibrado con la textura cremosa del vino. Y por último nos lo terminamos con nuestro habitual surtido de embutidos ibéricos, jamón y queso curado. Armonía 100% entre los apuntes terciarios, los especiados y los sabores cárnicos. Un viejuno que nos alegró varios días al ver cómo mantenía la compostura sin inmutarse. Genial!!

Salud-os!!

  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • Detalle del corcho

      Detalle del corcho

    • En la copa

      En la copa

    • Contraetiqueta

      Contraetiqueta

    • Con el caldoso de gambas

      Con el caldoso de gambas

    • Con el lomo de albacora

      Con el lomo de albacora

    • Con el embutido

      Con el embutido

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