Dorado anaranjado. Limpio y sin turbiedades.
Un mejunje de plantas y flores mediterráneas, naranja, manzana, uva blanca, canela, miel, madera y piedras al sol, botica...
El paso es asidrado, ligero y podríamos decir casi que etéreo. Sin alcohol, pero con algo de barrica. Flores y mineralidad. Muy bueno, pero cada vez más friki. Toques primarios y salinos.
Final que deja recuerdos a centro de mesa y mar.
No deja indiferente, uno de esos blancos que dan que hablar en cualquier mesa. Sicilia mola.
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