Sedosito y a la vez enérgico

Nos hemos hecho con tres botellitas de este reserva y teníamos ganas de abrir la primera a ver qué tal. Tengo recuerdos de mis primeros pinitos probando vinos a principios de los 80 y Viña Salceda era algo casi mágico, o al menos eso recuerdo. Veamos ahora. Abrimos la botella y la dejamos respirar por espacio de 90 minutos. El tapón lo pudimos sacar con el abridor de lamas sin problemas, tintado en un 25% de su longitud y muy compacto. Servimos a 17°C:

VISUAL: Color rojo cereza de capa media-baja con un amplio ribete de tonos cobrizos y atejados. De escasa lágrima muy gruesa y lenta (84).

OLFATIVA: En nariz surgen aromas de fruta negra en compota. Al agitar la copa hay especiados de canela y clavo, notas de hojarasca húmeda, montebajo (tomillo), apuntes fúngicos, a ceniza, desván y a pelo animal . En la pátina terciaria encontramos guindas en licor, coco y tabaco inglés. Vino complejo y de intensidad media-alta (91).

GUSTATIVA: En boca presenta un ataque potente, de alta acidez y con unos taninos muy dulcecitos. Con mucho cuerpo, estructurado y recio. Retronasal que trae recuerdos a mermelada de frambuesa con notas especiadas y apuntes licorosos. Persistencia de casi tres minutos, intenso, en su fase de clímax aunque con vida por delante. Un vino sedosito y a la vez enérgico con una enorme acidez que lo vertebra todo. Tremendo en boca. De nuevo la añada de 1973 nos regala otro vinazo, uno más (93).

La RCP fue excelente pues sacamos cada botella por menos de 12 euros.

En esta ocasión nos tomamos el vino en plan chateo puro y duro deleitándonos a cada sorbo hasta que cayó la botella. Una delicia de viejuno además de una grata sorpresa. Puedo corroborar que las sensaciones en mi memoria de vinazo cuando hablábamos de Viña Salceda son ciertas, al menos con este vino en concreto. 

Salud-os!!