Con clase.

Han transcurrido 15 meses desde la última botella catada. ¿Qué me he encontrado?. El corcho sigue en un buen estado.

     A la vista su color amarillo pajizo se ha vuelto más dorado, mantiendo su limpieza y brillo. Con una buena, abundante y fina lágrima que con su pereza acostumbrada, se desliza por el cáliz de la copa.

     En nariz está un poco cerrado. Necesita aireación. Ha perdido algo de frescura y jovialidad, pero ha ganado en complejidad. Mantiene las frutas percibidas en la primera cata. Frutas blancas, su albaricoque, débiles notas de su variedad en forma de miel.

     En boca sigue siendo untuoso, glicérico, equilibrado, elegante, frutal, mantiene juventud y jovialidad. Con una acidez que le va a dar 2-3 años en perfecta forma y que invita a beber. Muy grato, complejo, frutal y elegante paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de casi 3,00 minutos.

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