A la vista rojo picota capa alta, ribete violeta y lágrima densa que no llega a tintar la copa.
En nariz lo encuentro bastante expresivo, fruta roja y negra madura, balsámicos y mentolados, ligeramente especiado.

En boca es goloso, es un vino carnoso , con un buen ataque y con un final ligeramente astringente.
A mí me ha gustado bastante y más para los 6 euros que cuesta.

Vino encerrado en una botella bordelesa  que está vestido con una seria etiqueta de diseño moderno y en la que predomina el color negro y sobresale en la misma una pegatina con la puntuación que le otorga un famoso crítico de vinos norteamericano (R.P.) que no corresponde con lo que encierra la botella en mi M.O.. Corcho que la cierra de aglomerado, mejorable y que está ligeramente tintado en la cara que está en contacto con el vino.

       A la vista un color rojo picota y con notas violáceas. Limpio y brillante. Abundante y fina lágrima que se desliza con pereza por el cáliz de la copa al que tinta. Ribete granate y cardenalicio.

      En nariz frescas rutas rojas sazonándose, el ligero paso por madera casi imperceptible. Notas balsámicas y de debil pimienta negra.

      En boca tiene un volumen bajo para lo que se espera de un vino de Toro. Está fresco, frutal, ligero, equilibrado, con una fresca acidez que le puede dar 2-3 años más de vida en plena forma. Con los taninos domándose. Le encuentro notas balsámicas y de frutas rojas madurándose. Correcto paso de boca. Es largo . Me da una permanencia de 2,45 minutos.