Para deleitarse en buena compañía ...

          Dirigida desde 1988 por Alain y Sophie Meunier, esta propiedad de 9 hectáreas propone un gran abanico de denominaciones : trece en total. Tanto la prestigiosa Romanée-Saint-Vivant como esta humilde botella de Côtes de Nuits-Villages se benefician del mismo cuidado.

          De color cereza picota opaco, nos propone una deliciosa mezcla de aromas borgoñesés : peonía, fresa cocida, cuero viejo y sotobosque. Muy fino, sutil y elegante en nariz, sin la menor traza de roble nuevo, da la espalda a la alta expresión que hizo furor en California en los años 80. Es pura delicadeza, pura civilización en boca : ligero, redondo pero carnoso, con taninos aterciopelados pero aún masticables, nos muestra que puede aguantar el paso del tiempo y que debe ser guardado en una buena bodega. A pesar de haber sido abierto con antelación y jarreado según las reglas del arte, nos da lo mejor de sí mismo si lo comparamos con el extraordinario 2005. Sólo nos da notas fugitivas de arándanos rojos, de marrasquino y de champiñones que carecen un poco de definición, excepto cuando vacíamos la última copa : hay más equilibrio y profundidad en el fondo de casi todas las botellas de Borgoña. 

         El precio es bastante alto y podemos encontrar pinots noirs de Alsacia, del Jura o de Austria, vinos más baratos, del mismo nivel, para consumir en los años inmediatos : pero el prestigio de una etiqueta, el día de Navidad, impresiona a los jerarcas. ( PVP : 29, 89 € )

          

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar