Color picta con ribete rubí de capa media - alta.
La nariz se muestra parca inicialmente, tras airación la fruta negra se funde con especias y tostados propios de su crianza.
En boca es un vino jugoso desde el principio, fácil de beber, todo en su sitio, la fruta bien equilibrada con una crianza integrada. Buenos amargos y final de buena longitud.
Botella bordelesa de hombros ligeramente anchos.
Etiquetado austero entre el clasicismo y la modernidad.
Corcho de alta calidad y buena longitud (4.9 cm) penetrado por algunas zonas hasta 3-4 mm y, por otras, hasta casi medio cm.
Hinchado por el interior con vino granatoso. Huele muy bien.
Sacado de vinoteca a 14ºC.
Abierto con 30-60 minutos aunque sin decantar (lo cuál, con lo joven que es, le habría venido bien).
Visual
Picota-rubí oscuro de capa media-alta, ribete cereza-transparente con ligeros destellos algo granates aún, limpio, brillante y de abundante lágrima, fina y de lenta caída.
Buena visual para un Reserva aún bastante joven. Buen corcho aunque algo penetrado de más para ser un 2013. (8,1)
Nariz
Al inicio tiene buena intensidad pero notamos un vino más bien "verde" y que no ha llegado al máximo. Fruta roja más bien fresca, madera por integrar, especias dulces, balsámicos, herbáceos y toques vegetales.
Con más de una hora de aireación, el vino mejora y tenemos fruta roja algo más madura pero sin ser madura tampoco, flores rosas y azules, especias dulces, regaliz, pimienta negra, clavo de olor, canela y vainilla, apreciables toques lácticos como de yogur de frutos del bosque, notas vegetales, poderosos balsámico-mentolados y un toque de nuez moscada.
Buena nariz para un "Reserva joven" que va de menos a más. Mejora bastante con la aireación por lo que, una decantación de 1-2 horas antes de disfrutarlo, le vendría muy bien. Aún así, no está en su mejor momento todavía y le falta cierta integración. (8,25)
Boca
Ataque frutal y muy fresco, de cierta potencia y contundencia, muy elevada acidez (que le dará, mínimo, 10 años más de vida en botella), muy seco, sabroso, herbáceo, mentolado, de densidad media, volumen medio-alto, buen cuerpo y estructura media.
El paso por boca es agradable aunque algo tánico y verde, con la acidez todavía por terminar de integrar, los taninos aún por pulir con varios años más de botella. En cualquier caso, se deja beber bien, sobre todo si se oxigena y se acompaña de una buena carne para suavizar el tanino (todavía muy poderoso) del vino.
El final es de buena longitud, con fruta roja y negra no muy maduras y bastante amargosas, especias, herbáceos, pimienta negra, mentolados, regaliz y un sutil fondo de madera que, tanto en postgusto como en retronasal, queda bastante en segundo plano.
Boca más que correcta en un Reserva aún muy joven y por desarrollar. Apertura muy prematura para mi gusto. Le tendría que haber dado, mínimo, de 3-4 años más en botella para haber disfrutado de un vino más hecho, con la acidez mejor integrada, los taninos más pulidos y, en suma, un vino más redondo (cosa que no es ahora). (8,4)
Aún así, es un vino bueno y con perspectivas grandes de mejora, pero requiere tiempo y cierta espera para ver su mejor versión de él.
Me confundió la etiqueta y, pensando que era alguna variante del crianza lo abrí sin darme cuenta que era el "nuevo Reserva" de Izadi.
Si te gustan los vinos frutales, de taninos crujientes, ácidos y con punch, ábrelo ahora.
Si te gusta, como es mi caso, la elegancia, la redondez, la integración y el equilibrio, espera de 3-5 años a abrirlo.
Su PVP ronda los 12-14€. Correcta RCP para lo que ofrece.
Habrá que "visitarlo" dentro de unos años para dar una opinión más certera de este vino.
Rojo picota de capa media.
Buena nariz con fruta roja en sazón, notas de sotobosque y especiadas, regaliz y cacao.
Buen ataque y buen paso, con definición y volumen. Tanino presente bien integrado y buena acidez. Tostados finos en retronasal con una persistencia media.
La copa está llena de fruta densa y concentrada aunque sus formas son finas y comedidas, le damos tiempo y aire. Surgen un toque láctico, monte bajo y la fruta que está en casi todos los estados, desde el fresco al licoroso. Destaca la cereza picota y la mora. Poder de los tostados, aunque algo agazapados, grafito, especias, con un perfil nada estereotipado y un estilo muy amplio que lo sitúa en cualquier sitio.
En boca es más expresivo, fresco, paladeante, punto seco y jugoso. La fruta y el vino en sí, lo vas desentrañando, punto terroso, es sabroso, muy ancho llena la boca, sin embargo no es muy largo. Ahora está en un estado frutal, rico y fresco, sorprende porque te trae y te lleva, crees una cosa (su procedencia) y te lleva a otra. Un vino muy personal, hay que darle tiempo.
Color picota granatoso.
Nariz de buen equilibrio entre fruta y crianza, media intensidad.
En boca es fresco, con buena acidez de marca su paso en el que se percibe buen balance entre fruta y crianza. Amargoso y con un final largo.