Grande y atlántico.

Botella  12.454 de 18.000. Es un vino conmemorativo de la fundación de la bodega en Casaseca de las Chanas que está encerrado en una botella borgoñona, vestido con una elegante, oscura y moderna etiqueta en su diseño. Corcho que la cierra correcto, personalizado con el nombre de la bodega y sin reseñar la añada. Un vino de esta categoría lo merecía.

       A la vista un color rojo picota, granatoso y violáceo de capa alta. Limpio y brillante. Abundante, densa y lenta lágrima en su discurrir por el cáliz de la copa al que tinta. Ribete granate y violáceo.

      En nariz abundantes frutas rojas y negras del bosque que están madurando. Elegante madera de su crianza integrada y en segundo plano. Recomiendo  abrir la botella con tiempo para un mejor disfrute de la misma. Notas balsámicas y de mineralidad.

      En boca le encuentro atlántico. Se sale de los esquemas de los vinos de Toro. Es elegante, opulento, fino, con volumen, con una viva acidez que invita a beber y que le puede otorgar infinitos años de vida. Equilibrado y con mucha carga frutal. Con la elegante y sutil madera de su crianza muy bien integrada.Siempre en segundo plano y con el transcurso de los años se convertirá en  más frutal. Los taninos por domar. Gratísimo, seco, mineral y frutal paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,30 minutos.

      Estamos ante un original y gran vino de Toro en donde su caracter atlántico le da una excelente frescura y equilibrada acidez.

Un vino al que le falta botella y que dentro de 4-5 años estará excelente. Lo promete.

 

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