El jardín de Cándido ...
El viñedo plantado por Vincent Dauby mide ocho mil metros cuadrados y tiene el tamaño de un confeti : está enclavado en la pequeñita AOC. Bellet, entre mar y montaña. Este talentoso viticultor vive de espaldas a la ciudad de Niza y mima sus viñas como un maestro bonsaista : su blanco proviene de cepas jóvenes pero causa admiración por sus cualidades organolépticas.
De color amarillo pajizo, mate sin brillo, levemento turbio, tiene cierto parecido con una sidra de granja. Exhala aromas deliciosos de ciruela mirabel, de piña fresca y de limón verde. Es muy vivaz y alegre en boca, fresco y jugoso, aunque no carente de complejidad con sus notas de melocotón blanco y de almendra verde. Con la aireación, aparecen matices dulce amargos y ligeramente anisados que regocijan las papillas a ambos lados de la lengua. Es un vino de mucha concentración y bajos rendimientos : tiene un extracto seco elevado, de buen augurio para su maduración en botella, pero ¿ cómo resistir al ímpetu de la juventud ? La vermentino, llamada rolle, variedad reina de Provenza, exige mucho cuidado para dar lo mejor de ella misma. Puede decepcionar por su poca acidez, cuando la gente negligente la cultiva deprisa y corriendo en la AOC. Cassis, con la única ambición de apagar la sed de la jet-set francesa.
Afortunadamente, en tierras adentro, lejos de los rumores citadinas, a una altidud de 400 metros sobre el nivel del mar, vive una especie de filósofo que recuerda a Cándido : le importan un bledo las especulaciones teóricas y cultiva su modesta pedazo de tierra con humildad y sencillez. ( PVP : 27 € )