Hoy nos ha invitado nuestro amigo JM a su villa para que les haga una paellita de pato. Decido llevar conmigo un par de viejunos. El primero es este Château Piron de 1.995 y luego también cojo un Martínez Lacuesta RE de 1.958.

Este vino de burdeos procede de la región de Saint Emilion y más concretamente nos indica en su etiqueta literalmente que pertenece a la "appellation Montagne - Saint Emilion controlee". Montagne es una aldea de la zona con fama por elaborar el mejor Merlot de Saint Emilion. El Château Piron existe desde 1.699 tal y como reza en su escudo tallado en piedra aunque es desde 1.840 cuando comienzan a elaborar vinos con fines comerciales. Pero vamos con el nuestro.

Abrimos ambas botellas al mismo tiempo y las dejamos respirar dos horas antes de catar. El nivel de líquido de nuestro Saint Emilion excelente, 1 cm por encima de los hombros. Respecto al tapón, salió en perfectas condiciones con el abridor estándar de tijeras, largo, compacto y tintado apenas 1 mm desde su base. Catamos a 17°C:

VISUAL:  Nos encontramos con un color rojo picota capa baja con el ribete en tono burdeos algo atejado ya (85).

OLFATIVA:  Al acercarlo a la nariz y a copa parada se muestra eminentemente mineral con aromas a grafito (mina de lápiz). Al mover la copa aparecen notas especiadas de pimienta negra y canela así como unos aromas viejunos a rosas marchitas. Al rato encontramos recuerdos de su crianza, terciarios de roble, caja de puros y atisbos de cacao en polvo. De complejidad moderada e intensidad media-alta (87).

GUSTATIVA: En boca la cosa promete, de buen ataque, tacto lácteo pero rocoso en su estructura. Los taninos se muestran dulces dotando al vino de una gran sedosidad aunque no carente de carnosidad. En retronasal decir que es "mineral a lo bestia", grafito y tierra húmeda con un puntito ferruginoso notable acompañado por apuntes de guindas en licor. Con mucho cuerpo, potente, de alta ácidez y con una persistencia alta, algo más de 4 minutos. Una bestia parda que asombra por su mineralidad, su recia estructura y a la vez esa sutileza en el paso por boca. Gran vino, sí señor (94).

La RCP la considero muy buena pese a costarnos 31 euros. Me parece que los vale.

Como comenté nos lo tomamos en con una paella de pato con costilla (a leña). Lo graso del pato y la mineralidad del vino junto con su alta acidez conformaron un maridaje genial, muy conseguido. De nuevo asentir ante estos vinos franceses, son realmente excelentes. Por lo demás otra deliciosa velada en compañía de la familia y unos muy buenos amigos, Vicky, Manolo, Ángel y JM, el anfitrión... qué disfrute de velada amigos, benditas vacaciones!!

Salud-os!!