Con peso, abanico y largura

Dorado, luminoso y limpio. La burbuja, intensa al principio, se deshace rápidamente como si fuera merengue.
En nariz percibimos un vino estructurado, armónico y complejo, de perfil maduro y barroco. Piel de manzana, algún cítrico, fruta jugosa (uva y níspero), anisados, mentolados, pimienta blanca, tiza y otros toques minerales. Pese a poseer ese marchamo de opulencia, ni los tostados ni la bollería hacen acto de presencia.
Boca ancha, aterciopelada y con un carbónico que acompaña hasta el momento exacto. Acidez notable, paleta compleja. Grasa y esqueleto que se agarran al paladar, sustentados por una estupenda frescura. Sabores similares a los registros definidos en la fase anterior.
Postgusto persistente.
Un 2010 como la copa de un pino. Una chardonnay de las de verdad, no en vano procede de Ogier, una de las mecas para los amantes del blanco puro. El mejor hasta el momento, con la mala leche de 2007 y la prestancia del 2008. Eso sí, más inmediato que ambos.

  1. #1

    Obiwan Ferran

    Hola Juan, qué tal? Has probado Les Terres Fines del mismo productor?

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar