Buen blanco ilicitano de muy buena RCP

Botella bordelesa estándar con cierre sintético "normacorc" símil corcho (por color y textura) y etiqueta-contraetiqueta azul (con algo de color blanco) que produce apariencia al agua de mar. Huele bien por el interior a cítricos y fruta blanca.

Abierto hora y media antes de la cata y mantenido en jarra térmica a unos 7-8ºC de temperatura.

Visual: amarillo dorado pálido-pajizo bastante bonito, limpio, brillante y de algo de lágrima que se desvanece (sin llegar a caer) en la copa.

Nariz: al inicio algo cerrada pero con los minutos de aireación tiene una intensidad media a fruta blanca de hueso (melocotón, albaricoque, paraguayas), papaya, mango, ligeros recuerdos cítricos a limón, lima y piel de mandarina, algo de heno, balsámicos, mentolados, ligeras notas herbáceas, y, cuando gana algo de temperatura, es más fácil apreciar toques de vainilla, algo de coco, clavo y sutilísimos tostados.

Boca: ataque frutal, suave, seco pero con recuerdos ligeramente dulzones (sin ser dulzón para nada), elegante, sabroso, ligeramente goloso, fresco, de buena acidez (entre media y media-alta), con cierta enjundia, untuosidad y cremosidad pero, a la vez, de paso por boca ágil y ligero (sin ser excesivamente liviano). Paso por boca agradable y muy amable. Final de longitud media-larga con notas a fruta blanca, cítricos, notas avainilladas y un poco cremosas en retrogusto junto a notas balsámicas, mentoladas, herbáceas, ligeros tostados y heno en la retronasal que lo redondean muy bien.

Buen blanco joven de Bodegas Faelo de Elche con corta crianza en barrica en su segundo año de vida (18 meses ya). Su fuerte es la fase gustativa. Tiene una nariz buena pero de intensidad no muy elevada pero la boca es, con diferencia, la que lo hace más apetecible (unido a una bonita visual).

Está, creo yo, en un momento álgido y óptimo de consumo en marzo de 2017 pues conserva frescura y fruta pero ya tiene bien ensamblada la acidez con las notas que la corta crianza en madera le ha aportado, lo que lo hacen un vino fresco, sabroso, fácil de beber pero, a la vez, con unos toques de complejidad que lo hacen un vino muy redondo y rico.

Creo que aún aguantará bien al menos 1 año más en botella sin perder demasiada frescura. Me quedan 2 botellas de esta añada 2015, por lo que lo seguiremos en los meses sucesivos (se acerca el verano y no creo que pase de él para consumir ese par de botellas).

Su PVP ronda los 7€. Muy buena RCP.

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