Mejora mucho con el aire

Dorado. Limpio y con brillo.
El vino ha ido ganando en complejidad desde el sábado pasado. Hemos pasado de una relativa cerrazón aromática a una paleta compleja y dinámica. Flor blanca, uva, un leve toque punzante, anises, plástico, goma quemada, recuerdos dulces y piedras.
Esta fase también cambia con los días; primero, acidez desnuda, hoy sin embargo suavidad y carácter graso bien ensamblado con la frescura. Paso ágil que va escalando en calidad según se calienta. Alcohol discreto. Jazmines, pimienta blanca, caucho y mineralidad.
Final envolvente, de duración media y que deja sensaciones primarias y especiadas.
Bueno. Un básico definido y noble. Aún siendo un trocken con seis años a sus espaldas, yo le daría otra década más.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar