Rosa intenso, limpio y brillante.
Flores silvestres, fruta roja, ciertos toques balsámicos y mentolados, tabaco, bosque y piedras.
La boca se aleja de los típicos parámetros rosado-chuchería de fresa; aquí encontramos carácter vínico, acidez, una buena estructura y bastante mineralidad. Paso fresco que deja sabores amargos. El alcohol prácticamente no se nota y evoluciona favorablemente en copa.
Final campestre de media/alta intensidad.
Un rosado que no puedes dejar de beber, sencillo, pero también directo y nítido, sin ambages. Además lo elaboran unos buenos amigos comprometidos con las causas benéficas. Todos los beneficios se destinarán a un proyecto solidario en Ruanda. ¡Enhorabuena!.