Estupendo Viña Ardanza, fresco, complejo y en momento óptimo con más de un cuarto de siglo de vida

21 años y 3 meses embotellado.


Botella borgoñona típica de Viña Ardanza con buen nivel de vino (no hay merma). Etiquetado clásico. Corcho largo y grueso, sólo bañado en vino hasta medio centímetro (muy poco para llevar embotellado más de 2 décadas). Sacamos gran parte con sacacorchos de dos tiempos pero se parte cerca del final y se termina de sacar con algo de mañana con ese mismo sacacorchos (cogiendo y extrayendo con cuidado la parte que queda dentro).


Decantado mínimo hora y media (aunque siendo catado desde el inicio para no perdernos su evolución).


Visual: rojo rubí-ocre-cobrizo de capa media (tirando a media-baja) con destellos anaranjado-transparentes normales para un vino de casi 26 años ya. Limpio, brillante y con buena lágrima de lenta caída. Muy poco poso en la botella.


Nariz: de muy buena intensidad desde el inicio; algo de fruta roja en licor pero, sobre todo, la fruta que queda es fruta negra ya en sazón, regaliz, especias, balsámico-mentolados, vainilla, coco, flores marchitas, laurel, tabaco de pipa, caja de puros, tabaco rubio, especias, maderas finas y muy evolutivo... Al inicio tiene un toque algo reducido, con muchísimos terciarios y muchas flores marchitas (recuerda algo a camposanto), pero a partir de los 45-60 minutos empieza a salir bastante más fruta (equilibrando algo la balanza con dichos terciarios y algunos, hasta disminuyendo en intensidad). Si lo dejamos más tiempo, se van potenciando los aromas comentados y aparecen profusamente y con más notoriedad algunos aldehídos, etanal, barnices-pinturas-pegamentos (acetato de etilo), monte bajo, herbáceos y también tierra húmeda. Aromas a cueros animales y cárnicos (carne fresca) empiezan a aparecer tímidamente a las 2 horas de descorchado y decantado y a temperaturas ya rondando los 21-22ºC. Muy equilibrado, complejo, intenso y evolutivo en nariz.


Boca: entrada de excelente ataque y estructura, equilibrado, todavía potente y poderoso, con mucha "chicha", densidad media, buen peso dentro de su sutilidad, muy fresco y sabroso, con bastante tanino aún y, sobre todo, mucha acidez. El vino pasa por boca siendo prácticamente terciopelo. Tanino muy pulido pero, sorprendentemente, con margen de mejora todavía (podría pulirse 5 años más en botella, fácil). El final es bastante largo, con retrogusto amargoso a fruta negra muy madura, pero, sobre todo: notas balsámicas, a hierbas, cueros y maderas nobles y una retronasal, donde se potencian estos aromas y nos aparece también esos aldehídos, tabaco rubio, caja de puros, laurel, acetato de etilo, sutil etanal y ligeros cueros... todo ello lo redondea tan bien y es de tal frescura que invita claramente a otra copa (incluso en verano, eso sí, con aire acondicionado en la sala, pues el vino ya anda en decantador en unos 21-22ºC).


Excelente este Viña Ardanza Reserva 1990 a sus casi 26 años de edad. En una añada no muy destacable en la DO Ca Rioja (y, donde, por cierto, no había nota de cata hasta ahora).


El vino me ha sorprendido para bien (lo esperaba más apagado y con menos fuerza). Está en momento óptimo en todas sus fases. Nariz compleja y evolutiva pero con algo de fruta aún. Boca relativamente joven para su edad, con acidez, estructura, equilibrio, peso y densidad y con mucho que ofrecer; aunque, eso sí: está en momento óptimo y no sabemos cuánto tiempo puede continuar así... fácilmente creo que aguantará 2-3 años más en iguales condiciones (incluso 5), pero yo no me la jugaría a bebérmelo en otros 10 años más (puede que esté igual o mejor pero, probablemente, no esté tan bien como ahora mismo). En resumen: para disfrutar en plenitud ya mismo ó, a lo sumo, en 3-5 años más.


RCP excelente al precio que lo adquirí (16€ negociados) en una tienda-bodeguita de Elche. Sin embargo, en el mercado de segunda mano puede rondar fácilmente los 30-50€/botella (en función del vendedor).