Una vez más, no falla, excelente

Cuarta y última botella que me quedaba de esta estupenda manzanilla.

Visual: ámbar de capa media-baja, algunas partículas en suspensión (sobre todo cuando se sirve de más allá de la primera mitad de la botella, se nota que no está filtrada), brillante y bonito con cierta lágrima de lenta caída.

Nariz: de buena intensidad a un poco de fruta blanca muy madura, plátano muy maduro, potentes aldehídos, velo de flor poderoso, tierra albariza, flores marchitas, frutos secos tostados (almendras y avellanas), bota y maderas viejas, salinidad a raudales, salmuera, brisa marina y notas yodadas. Buena intensidad y muy buena complejidad a manzanilla madura de excelente calidad.

Boca: ataque sabroso pero muy seco, de buen volumen y elevada potencia, estructura y gran cuerpo, profunda, acidez media-baja pero sapidez y salinidad muy elevadas en un paso por boca riquísimo con fondo a frutos secos tostados y velo de flor. Final largo con notas a sutil fruta blanca y plátano maduro, salinidad, frutos secos tostados y aldehídos en retrogusto mientras que en vía retronasal aparece ese velo de flor, maderas de botas viejas, flores marchitas, tiza, salinidad y más frutos secos que la redondean maravillosamente bien.

Una botella más, de nuevo fantástica habiendo pasado ya más de año y medio desde la Saca (otoño de 2015).

No falla esta manzanilla con una edad media que ronda los 15 años (o más según Antonio Barbadillo Mateos). De mis vinos favoritos del Marco.

Pude conseguirla de oferta por 12.95€, una vez más, excelente RCP.

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