Fruta roja pocha y matices terciarios muy sutiles.

Cato otra vez este mismo vino de mi bodeguita, que proviene de la misma caja que la botella anterior. Cereza de media capa con ribete teja. Nariz terciaria, media intensidad y con aromas de fruta roja pocha, notas de canela y vainilla, café con leche, esparto seco, especias dulces, cueros, suelo calcáreo y una nota de aldehídos que recuerda a las flores marchitas y a los orejones. En boca es sedoso, equilibrado, algo vegetal en el paso que recuerda a las sensaciones de tabaco y a la fruta roja madura. Matices florales evolucionados y anisados por vía retronasal. Posgusto levemente amargoso vegetal, persistente y de final más frutal con una puntita de madurez que lo hace frutalmente apetecible. Tiene un matiz (igual que la botella anterior) de evolución oxidativa, pero está vez lo percibo menos influyente o perjudicial, no sé si es la botella que está mejor o yo que me he vuelto más cercano a este tipo de aromas. Creo que más bien lo segundo, no solo los vinos evolucionan con los años. Treinta primaveras en botella no los aguanta cualquiera.

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