La cata ciegas permite evaluar este vino sin condicionantes de origen o edad lo que permitió que se le hiciera una justicia que en otras circunstancias quizá no habría obtenido.
El color es rojo acerezado con menisco en ligera evolución, menor que lo esperado para sus 12 años.
Nariz de intensidad alta y buena definición en la que se encuentran notas golosas frutales con vocación de complejidad (ciruela negra casi pasa, higos bien maduros) y las notas que da la madera fina (chocolate, canela...) junto a un punto vegetal de aceituna negra y unos toques de ahumados que lo van llevando al campo de los terciarios. Finaliza con una sorprendente chispa de corteza de naranja.
El ataque en boca es muy suave y sedoso, con el peso del terciopelo que envuelve una dulzura acaramelada. En contraposición encontramos una acidez muy marcada y sabor intenso a regaliz negro y cacao amargo. Tiene largura y buena persistencia.
Un vino al que merecidamente se le otorga una alta nota.

Color granate con destellos teja.

En boca se perciben notas de cuero, cacao, vainilla, canela, un ligero toque cosmético y fruta confitada. Además mantiene en nariz un ligero punto ferroso.

En boca es equilibrado, con buena acidez, un paso consistente y un punto picante. Notas tostadas, cacao y regaliz. Un final largo con un postgusto amargo.

Visual: Rojo cereza con destellos teja.
Olfativa: Compota, fruta madura, orejones, fruta en licor, canela, chocolates.
Gustativa: Paso medio, goloso, sedoso y buen retronasal.
La verdad es que catando a ciegas y sin condicionarte, este vino me ha sorprendido muy gratamente, seguro que repetiré.

Granate brillante con menisco teja.

Nariz de buena intensidad con maderas finas y fruta golosa (higos, ciruela negra). Chocolate y canela con un recuerdo de naranja confitada, algún contrapunto animal y un fondo ahumado.

Sutil en el ataque, tiene buen paso, pulido pero vivo y con buena acidez y adecuada persistencia. Catado a ciegas y sin saber ubicarlo con exactitud, ha demostrado ser un vino de destacable finura en contra de cualquier prejuicio.

El vino Vegaval Plata 2004 tiene un color más juvenil que lo que su edad apunta, dentro de la gama de los granates tan sólo ligeramente parduzco.
Nariz muy intensa con acertado equilibrio entre la fruta compotada y la marroquinería fina, aromas de chocolate a la taza negro, notas de aceituna negra, matiz de piel de naranja y polvos de canela.
En boca es suave y muy sedoso al tacto, con sabor a caramelo duro, regaliz negro y cacao amargo. Tiene una acidez marcadísima que lo dota de un magnífico brío para sus 12 años de edad.
Fantástica sorpresa la de este larga crianza de Valdepeñas.

Vino de color granate y matiz del mismo color
Alta intensidad aromática, frutilla roja madura, incluso con algún toque de pasa que acompañan a las notas de sotobosque, canela y barniz. Algo de chocolate amargo. Es un vino con larga crianza, muy al estilo de los riojas clásicos, pero no es un rioja.
En boca es vivo, mantiene la frescura con sus diez años de crianza. Tanino maduro. Es largo con un recuerdo goloso

Se nota la crianza y que el vino es viejuno. Marca un color que tiende hacia la teja y kla capa es media. Buena lágrima. En la nariz aparece el sotobosque seguido de unos barnices y una canela impresionante. Frutas confitadas negras, ciruelas, higos, chocolate negro y café del bueno. Corteza de naranja compotada y cuero animal presentes.
En boca Regaliz, cacao amargo y a disfrutarlo trago a trago.

Me engaño a primera vista en cata a ciegas y lo llegue a identificar con un Rioja. Para jugar con el.