Mitad mitad

De color rojizo granatoso de capa media-alta. Bastante más oscuro que cualquier otra añadas anterior, lo que comienza a dar pistas del cambio sufrido a finales de siglo en la bodega. Límpido, sin precipitados. Reflejos grandinos y anaranjados, brillante. Ribete estrecho, cobrizo, muy marcado respecto al interior del menisco. Lágrimas densas, permanentes. Sensación de grosor.

Al abrir se presenta cerrado y algo brusco. Hay una primera remesa de madera tostada, chimenea, que va dando paso a granos de café, regaliz negro, y un ligerísimo fondo mineral a grafito, fibras vegetales y polvorilla. Falto de sutileza y sin acabar de abrirse del todo. Es muy probable que esté pasando por una de esas fases bajas tan propias de la marca. Al tomar aire va arracándose dejando un rastro de frutos rojos, monte bajo y algo de vainilla.

En boca se confirma lo anterior. Áspero, duro, cerrado, con taninos marcados y una acidez intacta. Concentrado, amargoso, seco, conservando todo la vitalidad de sus primeros años. De poco le ha servido este tiempo en botella. Se mantiene en sus trece. Un Monte Real de dos caras, a media distancia de lo que ha sido durante tantas décadas y de los vinos que vendrían los siguientes años. Es evidente que estamos ante un vino que se sale del camino recorrido durante tantos años por Riojanas pero que sigue teniendo mucho de lo que conocemos y que ha dado brillo a la bodega. Aún no ha despertado del letargo y tiene ese mismo potencial de envejecimiento que ya sabemos. Se puede guardar con total garantía.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2016/01/monte-real-1999-gran-reserva.html