Plenitud

Cuando un vino es entero, completo, grande, es la rehostia. Siempre se dice que con años de botella se pierde fruta aunque se ganen otros matices y complejidad… en este caso ni hablar. La fruta estaba toda todita toda, mucha y muy rica y sobre todo, señoras y señores, una fruta que sabía a uva, como lo oyen, que raro no? Un vino que sabe a vino, a uva. Absoluto equilibrio fruta/frescura/alcohol/tanino/madera… añadiendo a esto lo que para mi añade el reposo y afinado en botella, una compleja nariz muy afinada, con hondura y una textura en boca impresionante. Utilizo ese adjetivo a propósito, impresionante por lo educada, fina, plena pero amable, de un vino en todo su apogeo, ni con una juventud desbocada y angulosa, ni con una madurez que se te “deshaga” en la boca (cosa que me encanta de los vinos maduros). Impresionante no por “potente”, cosa tan buscada hoy en día, potencias agresivas que me hieren, esos vinos supuestamente “machos” que no son más que “hooligans” agresivos. Prefiero a este magnífico caballero, con sus tres o cuatro pares de cojones para lo que hacen falta, escondidos tras una impecable educación.

Soy un novato en esto del vino y además muy cabezota, por eso he escuchado muchas veces a gente que respeto mucho decir que El Pisón es el mejor vino de España (junto a Vega Sicilia) y yo, siempre lo consideré así también, pero decantándome por el segundo, ¿por qué? Porque aun no había sentido lo que sentí anoche, pura emoción. Me faltaba una cata en recogimiento, sin ruidos, sin amigotes, con una botella con sus añitos y la disposición “espacio/tiempo” adecuada.

Me quito el sombrero, para mí el Pisón 1998 pasa a engrosar la lista de vinos que me han impactado, enganchado, hecho apurar la botella emocionándome a cada trago, yendo a la par disfrute hedonista y reflexión, excitando a la vez mis sentidos y mis neuronas, obligándome a atar cabos sin parar en cada sorbo. Un vino de categoría mundial.

Las catas descriptivas tipo: rojo picota cubierto, aromas de fruta roja en confitura, etc ya abundan. A mi me parece que estos grandes vinos merecen una cata mucho más subjetiva y emocional que todo eso.

Terruño, profundidad, elegancia y mucha madurez, pero intelectual.

Recomendado por 3 usuarios

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar