EL BLANC DE BLANCS (con mayúsculas)

Dorado limpio y brillante, burbuja pequeña y escasa.

Nariz de buena intensidad, cerrada en el inicio pero que cada minuto que pasa va dándonos más y más. Notas florales, perfumadas, piel de cítricos, frutas blancas de hueso, recuerdos balsámicos, ahumados, herbáceos, tierra mojada, un fondo mineral de tiza y creta realmente soberbio, vamos, una nariz llena de profundidad y encanto, compleja como pocas, una verdadera maravilla.

En boca roza la perfección, es limpio, joven, con una acidez impresionante, no parece que el tiempo haya pasado por él. De paso redondo, lleno de fuerza, con peso y elegancia, deja un marcado recuerdo mineral y salino en el final, casi marino, es algo increíble. Persistencia eterna y posgusto de nuevo cítrico y mineral.

Hay grandes blanc de blancs en el mercado, incluso algunos de Le Mesnil que por mucho menos precio que este vino nos proporcionan un placer inmenso, pero el mito está plenamente justificado: Salon es el blanc de blancs con mayúsculas y cuando ya puede votar (tiene más de 18 años) se convierte en el Peter Pan de los Champagnes, en el vino que no crece ni quiere hacerse mayor. Joven como el sólo. Es y será eterno. Nunca lo olvidaremos.

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