Decepción

Corcho desintegrado, presagios que se cumplen y vino que se va por el fregadero. No es que sea un vino añejo, es que está defectuoso. Le he regalado aún así la nota porque parecía que si le echabas mucha imaginación aún podías adivinar la fruta resistiéndose a morir. Igual que me vine arriba con la primera compra de los remates de Lavinia, ahora me cae un jarro de agua fría con la primera botella de la segunda compra, espero que esta haya sido la excepción

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