Pero a poco que nos fijemos destacan aromas de flores blancas y amarillas

Pero a poco que nos fijemos destacan aromas de flores
blancas y amarillas (margaritas, nenúfares,espino,jazmín,clavel, gladiolo,girasol,rosas),mermelada de ciruelas mirabelle y albaricoques, helecho, brioche,pan grillé, praliné, miel tostada,nueces horneadas, tallos verdes y hojas de cítricos, todo ello sobre un fondo mineral donde destaca la creosota y el hierro.
En boca es todo equilibrio, glicérico, aterciopelado, de acidez y madera perfectamente integradas, largo y sensual.
Su retrogusto recuerda al almizcle y al incienso.
Vino excelente, sutil y de rotunda belleza, que empieza con suavidad y acaba robándonos el corazón, coup de coeur, que además está perfectamente elaborado.
Filigrana de humo y flores, arpegio que nos dura unos segundos en boca y toda una vida en el recuerdo.

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