Delicado

De color rubí cobrizo de capa media-baja, muy poca extracción, clarísimo, límpido. Más en la línea de un rosado riojano de la misma época. Limpio, brillante, reflejos anaranjados y rojizos. Borde amplio, abarcando casi toda la zona del menisco.

Aromas de buena intensidad, perfilado, abierto, extremadamente maduro sin llegar a ser confitado. Hay una escandalosa cantidad de carne de membrillo, miel, jalea, matizada por especias exóticas, pimienta de sichuan, y un apunte asilvestrado de fondo a anises estrellados, alcaravea, hinojo, verbena seca, citronela... Te pierdes!! Tiene un parecido tan asombroso con el Prado Enea de 1970 que lleva a la confusión, con esa misma ausencia de barrica que sólo se deja ver en un tímido cremoso, aunque marca diferencia al desarrollar más apuntes reductivos a cuero fino, pétalos marchitos, térreos. Sobrado de personalidad.

En boca es liviano, con poco peso. Parece reducido al mínimo necesario, despojado de toda parafernalia pero eso sería quedarnos en lo evidente. Se trata de un vino muy poco al uso, con toda esa madurez contenida, prieta, apenas constreñida en un deje de fruta roja reducida apalancada en una acidez que lo aviva todo. Fluye discretamente, frágil, con taninos invisibles y un amargoso presente que se prolongaaa. No ha habido unanimidad pero es de esos pocos Rioja que deberían servir de modelo a mucho otros. Lo que queda claro es que el 73 sigue dándonos grandes alegrías.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/10/prado-enea-1973-gran-reserva.html

Recomendado por 1 usuario

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar