Vino blanco de color ámbar acerezado, en el centro negro zahíno, de capa

Vino blanco de color ámbar acerezado, en el centro negro zahíno, de capa alta, muy cubierto, con lagrimas gruesas y casi estaticas.
En nariz muestra potentes aromas de yodo, dátiles, hollejos tostados, guindas en aguardiente, pasas, badiana y bergamota.
En boca es un vino poderoso, opulento, denso, dotado de una gran estructura, tiene un paso lento y majestuoso y cuesta tragar, (siruposo), por vía retronasal aparecen algunos aromas de frutos secos y de vainilla, el posgusto es largo e intenso apareciendo de nuevo las notas salinas y yodadas. El recuerdo es elegante, firma de la casa, no está a la altura de los enormes 39 y 45, pero apunta cerca. Excelente vino.

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