Fresco, sabroso e interesante vino joven de la DO Manchuela

Botella bordelesa y etiquetado bastante estándar (en esto no destaca en absoluto).

El cierre de corcho no es muy largo pero suficiente para un vino joven.

Visual: rojo apicotado-granatoso, ribete granate-cardenalicio-transparente que denota la todavía juventud del vino (a pesar de tener más de 18 meses ya desde su cosecha en octubre de 2013). Limpio y brillante con buena lágrima.

Nariz: fruta roja y negra fresca, toques suaves a regaliz, mayor profusión de balsámicos, monte bajo, lácteos, herbáceos y flores violetas. Buena complejidad para ser un vino joven sin crianza.

Boca: entrada fresca, carnosa y con cierta cremosidad frutal y láctica, sabrosa, con buen tanino todavía presente y con 6-12 meses más de margen de pulido en botella. Buena acidez (probablemente conseguida al tener las viñas a 800 metros de altitud). El final es medio con postgusto ligeramente amargoso a frutos rojos, regaliz, herbáceos y toques balsámicos que invita a otra copa.

Buen vino joven de la DO Manchuela, descubierto en el stand de Vitivinos durante el evento Pasión por Manchuela celebrado por Verema el 29 de junio de 2015.

Creo que es un acierto probar este tipo de vinos con al menos 1 año en botella pues mejoran notablemente (no es la primera experiencia similar). Esto rompe con el "mito" de que los tintos jóvenes han de beberse "del año". Creo que incluso, bien conservado, un año más aguantaría perfectamente.

Su RCP la considero excelente pues su precio ronda los 2.60 euros la botella y el vino es, EMHO, bastante superior a un vino joven de los denominados al uso como "correctos" en cualquier supermercado.