Gracias al amigo Sergio (Kintiman), descubrí en las redes este interesante tinto de la Ribera.
Bueno...al vino y a su elaborador.
Y decidí probarlo, una vez encontrado por mi zona.
Viste un picota de capa media-alta y vivo ribete violeta, apoyado por una lágrima densa y transparente en la copa.
Es curioso como la fase olfativa nos engaña a poco que nos dejemos llevar por lo que nos ofrece:
Cuando la copa está recién llenada (por supuesto, en su justa proporción), la barrica usada nos ofrece la alegría del cacao, ciertos toques lácticos y poco tostado. Pero al tiempo, la fruta negra cobra protagonismo de manera evidente, muy acompañado de marcado regaliz negro y especias.
La boca nos muestra un vino muy vivo, vibrante: taninos jugosos, acidez presente y más fruta. Notas de hojarasca verde (monte bajo) y mucha especia (pimienta blanca) al final. Los taninos nos dejan un recuerdo secante y especiado al final.
Estoy deacuerdo con el amigo Sergio, en la curiosidad de saber hasta dónde puede llegar este vino de Germán R. Blanco.
Como también comentan por aquí, un vino con otro toque fuera de lo común en Ribera (sobretodo en boca). No deja indiferente.
Pagados 6,50€, los vale con creces.
Como
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