Cariñena con larga vida.

Uno de los vinos de la DO Cariñena que mas me ha sorprendido.
Color cereza muy oscuro, con abundante lágrima gruesa y ligeramente teñida.
Tremenda nariz, muy compleja, con aromas que van apareciendo conforme se gira la copa y se oxigena el vino. En orden de aparición, empezamos a copa parada con mucha fruta negra madura. Al girar la copa, se pudo apreciar alguna nota de especies - a destacar la nuez moscada, luego tostados, café recién molido, chocolate amargo, alguna nota láctica, y luego notas de sotobosque. Después de un buen rato y ya casi terminada la copa, se aprecia un aroma a tabaco rubio muy sutil.
En boca se aprecia un ataque potente con tanino aterciopelado, ligeramente secante. Se repite la gran concentración frutal con sus notas de cacao. Buena acidez que hace que el vino no sea pesado a pesar de su concentración. Postgusto largo con un ligero amargor.
En este momento el vino pide ser acompañado de un alimento contundente como un entrecot a las brasas, un estofado o civet, por ejm. Yo lo acompañé con un pato de piel crujiente y un mole colorado preparado con chiles ahumados, semillas varias y chocolate oscuro - estupenda combinación.
Posteriormente tome una segunda copa pasada por un vinturi, o como yo le llamo, con una ligera lijada.
Esta vez apareció lo que en mi opinión debe ser el aporte de la garnacha: Aroma a fruta roja mas delicado y en boca un vino mas pulido, taninos mas suaves, y tostados mas leves.
Creo que se trata de un vino de mediana a larga vida, de esos que conviene hacerse de una caja (o dos) e irlos probando cada seis meses para ir apreciando su evolución.