No me convence.

Vino encerrado en una botella borgoñona y vestido con una colorida y moderna etiqueta en su diseño. Cerrada con un corcho de aglomerado con tapas.
A la vista me encuentro con un vino de capa alta con mucha lágrima, densa y lenta en su deslizamiento por la copa a la que tinta. Al principio limpio y brillante pero a medida que se consume la botella aparece la turbidez debido a su natural precipitación. Menisco granatoso y con notas violaceas.
En nariz a copa parada alcohol, frutas negras muy maduras y pasas, notas de dulces.
En boca tiene mucho volumen, escasa acidez, muy alcohólico, abocado. Parece más un vino de sobremesa que para comer. Desequilibrado. Un vino que su escasa acidez y a pesar de su alto volumen en alcohol, no va a vivir mucho. Discreto paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,00 minutos pero de escaso agrado.
Un vino que me recuerda a aquellos vinos muy alcohólicos de los años 60-70 en los que muchas veces debido a su sobremaduración necesitaban una rectificación de cítrico.

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