No entiendo nada...

Pasados cuatro meses desde mi anterior cata, el vino no se parece en nada al anterior. Está áspero, cerrado, astringente, intratable. No sé por qué. De no haber visto cómo me lo servían de la botella, diría que me lo han cambiado. Donde había fruta en abundancia, esta vez sólo había empireumáticos. De nada sirvió centrifugarlo durante más de diez minutos. Siguió impertérrito en su cerrazón, con apenas un atisbo de fruta y un recuerdo a madera.

Quien lo entienda, que lo compre...

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