Rojo rubí, ribete rojizo, capa media.
Intensidad media en nariz donde destaca por su gran complejidad y marcada mineralidad, aunque siempre bajo el prisma de un año cálido. Notas de frutas rojas en licor, chocolate negro, especias como la nuez moscada, tabaco de pipa, incipientes trazas de hojarasca y balsámicas, incluso un cierto tono terroso. Agradece el aire.
En boca se muestra todavía algo apretado, pero con equilibrio y siempre bien balanceado. Buena acidez, paso redondo y agradable, final con buena longitud dejando sensaciones de frutas licorosas, especias y un tono mineral. Tanino todavía por integrarse. Buena persistencia.
Nos encontramos ente el teóricamente vino más especial de Germano, procedente del pago Lazzarito y que se embotella como Riserva, con más tiempo de estancia en bodega. La sensación es de un vino que necesita desarrollo pero que tiene mucho por detrás, aunque a priori nos ha parecido más completo el Prapó. Muy bueno pero algo caro, unos 70 euros.